Siempre me había llamado la atención pero con su último disco me voló la cabeza. Ha sido verla en concierto con su banda esta noche en Gijón y engancharme a su universo totalmente.
Muchísima energía sobre el escenario (no me extraña que estén todos tan flacos) con una mezcla de caña y aporreos, melodías y armonías trabajadas, con mucho sentido, tan naturales y compactos, parecen estar muy rodados pero sin perder una pizca de chispa (de mojo). Un ritmo bestial. Puro rock and roll.
Suenan muy bien, el show es ve muy bien con sus luces, su humo, su puesta en escena, sus looks... La banda es bestial, todos son multiintrumentistas o lo aparentan muy bien, buenos coros, armonías, parece que jueguen y que se lo estén pasando de puta madre y nosotros con ellos. Fue divertida la dualidad, cuando comentaba o hablaba con esa amabilidad, tan agradable y luego tan bestia cantando llegando a unos agudos que te llevan directamente al infierno donde llego a pensar que sería muy divertido estar...
Me flipó el bajista porque al ser el único que no cambia me dio la sensación de que es quien cohesiona todo con la manera en que toca su Rickenbaker para que los demás se sientan seguros para volverse locos (no sé si tiene sentido).
Fui un poco voyeur, observé a ratos en quien me rodeaba en la sala y noté mucho entusiasta, algún arrítmico, alguna pareja celebrándolo mordiéndose los labios... pero me llamó la atención el buen número de personas de edad avanzada (entiéndase de sesenta tacos para arriba) que lo estaban dando todo.
Personalmente me cortó el rollo un tipo hablando con dos chicas que aprovecharon durante el inicio suave de un tema para comentar a gritos algo que les había pasado en el gimnasio, no se oían y gritaron más y yo a cuatro cuerpos de distancia les entendía perfectamente. El siguiente tema más cañero ya les centró en la actuación y a mi con ellos. Me hicieron preguntarme si existen las personas que escuchan el disco de su grupo o artista favorito y saltan las canciones lentas...
Luego va y termina, ha pasado hora y media en un suspiro. Salgo y no iba a comprar nada porque no ando muy sobrado de pasta pero me molaron las camisetas ecológicas serigrafiadas en el bolo anterior y voy y me espero junto a una pareja de fans peculiares. Ante mi sorpresa sale la baterista, Mariana Pérez, y me quedo casi sin saber qué decir ante ¡una jodida rockstar! que me acaba de deslumbrar. Compro la camiseta, le agradezco el show y me voy que mañana madrugo. Pero me voy con la energía interna cambiada. Espero que me dure siempre. ¿Es mucho pedir?
21.11.2021
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